sábado, 10 de diciembre de 2016

Obsesión amorosa (Parte 1)






Todo empezó cuando  te vi por primera vez, la verdad no sé expresar muy bien lo que sentí, pero fue como si ya te hubiera visto alguna vez aunque sabía muy bien que eso  no había pasado. Creo que me suenas de mis sueños en los cuales me miras con tus preciosos ojos brillando bajo la luna que nos custodia como si ese momento fuese real, sé que suena raro pero sentí que eres ese nosotros que nunca existiría en realidad, sentí que eras el amor de mi vida o por lo menos de mis sueños. Poco a poco empecé a conocer cosas sobre ti, descubrí tu  nombre, tu cumpleaños, tus redes sociales, incluso en donde vives. Poco después me decidí  a hablarte por Messenger, pero tú actuaste con indiferencia hacia mis cumplidos diciendo que no me conocías. Yo me tengo que conformar con esa pequeña conversación que tuvimos pues la verdad nunca me atreví a volver a abrir ese chat y escribirte, nunca me atreví a confesar ese sentimiento que no sé muy bien cómo se llama, obsesión o amor, si te soy sincera te diré que no  los diferencio bien.


Tú me gustas y me dedico a mirarte por los pasillos y sonreír mientras le doy un codazo a la amiga más cercana, no sé si algún día te fijaste en mí, pero no creo que lo hicieras y si  lo hiciste quizás pensaste que soy una simple loca con una obsesión amorosa que te conoce sin conocerte y te ama sin amarte, pensarás que simplemente es un sentimiento de dos días que me fije en ti  por tu físico y que mañana querré a otro, que me olvidaré  de ti y quedarás en un simple recuerdo, pero no seas ingenuo, créeme lo que siento es real y lo sé porque mi corazón se acelera cada vez que te veo. Por no hablarte de mis sueños, de los que no me gusta despertar pues en ellos siento tus manos acariciarme y abrazarme, siento tus labios besándome sin cesar y los dos somos felices en esa realidad imaginaria. Al despertarme vuelvo a la realidad y siento como si todo lo que había pasado se desvaneciera en un segundo sin que nadie se diese cuenta, pero cuando te veo por los pasillos vuelvo al sueño y siento cómo te acercas a mí poco a poco para besarme o eso es lo que siento, pero tú sigues el camino hacia tu aula mientras mi corazón se va rompiendo en pedazos. Vivimos en el mismo momento pero en realidades totalmente distintas, tú no me conoces, pero yo te besé. Sé muy bien que el mundo  real está muy lejos del mío que solo es una simple ficción que me gustaría vivir. Yo tan solo espero ese día que nunca llega en que los sueños se cumplen y tú y yo seamos ese nosotros que jamás existirá. Sé que un día me cansaré de esperar esa realidad imaginaria en la que vivo todos los días sé que algún día me acabaré cansando y esta obsesión que tengo hacia ti se me olvidará, no sé cuándo será ese día en que los pájaros dejarán de cantar y cuando te quieras dar cuenta tu nombre dejará de sonar en mí cabeza, no volverás a ver un Martín escrito en las paredes y yo no volveré a verte como ahora lo hago, pero hasta entonces yo te tendré dentro de mi corazón. Recuerda, te amo Martín.







Cuando Martin leyó esto estaba en su  clase de lengua castellana y se quedo pensando quien lo había escrito, su autora era Naroa, una chica del curso anterior, el nunca se imaginó que fuera ella y se le ocurrió escribir una carta que decía...