sábado, 3 de diciembre de 2016

Brindis


El ayer no es una alternativa,
pues al cielo que se nubló 
no se le podrán contar más estrellas,
a la planta que se secó
nadie la hará volver a crecer
y ese fuego que se apagó
ya no se puede volver  a encender.
De hecho, lo pasado pasado está
y solo para aprender nos servirá.
 
Si pensamos en el hoy,
ese presente efímero
que se va haciendo pasado y ya es el ayer,
ese momento en que las hojas ves caer,
ese momento en que sus lágrimas adornan su piel,
ese momento en que te miran sus ojos de miel,
ese momento en que tu corazón se llena de hiel,
ese momento en que te regala un rojo clavel,
o ese momento en que le gana tu hermoso corcel.
 
Quizá la única alternativa sea el futuro,
ese futuro tan esperado que quizás nunca llegue
y cuando llegue tan solo será presente,
 ese presente que se convertirá en ayer,
en el que encenderemos un fuego
que quizá nunca se volverá encender,
en el contaremos las estrellas
en un cielo en el que va a amanecer.

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